Jai



"Jai Fai" - Alta fidelidad



El concepto de vida para el indígena contrasta con el modelo que se maneja en las sociedades industrializadas modernas.


Jaibaná Hernando Bailarín. Foto: Laura K. Solaque


Para los indígenas emberas el monosílabo “Jai” es un amplio concepto de profunda resonancia y significación. Traduce en forma explícita: “Vida”.

Se desprende de ahí, “Jaibaná” (para quienes lo desconocen, palabra con la que se designa al médico tradicional, el sabedor del manejo de las plantas, el dador de salud, el protector de los espíritus).

Pero si “Jai” conlleva al concepto de “vida”, cabe preguntarse. ¿Qué es la vida?

En primer lugar, cabe decir que es un concepto muy alejado al creado por el hombre blanco. Para estos, los “kapunia”, la vida es un determinado tiempo en un determinado lugar. Es una competencia por ser mejor y tener más. Prepararse, reproducirse y morir.

Según el anatema, la "buena vida" responde a la capacidad generada por el consumo y está asociado con los conceptos de éxito, progreso y prosperidad. El que más posee, más feliz debe ser.

Para los indígenas vivir responde a un concepto ajeno al consumo y se limita en lo principal a la relación con la naturaleza. La tierra y todo lo que ella entrega al hombre es para el indígena su más grande tesoro.

Este pensamiento ha formado una cultura que a diferencia del logro en la sociedad moderna, basado en la competencia, se ha forjado en el concepto de la comunidad. El uno está ahí para ayudar al otro.

Bajo esta concepción, los indígenas forman un tejido social en donde la concepción del blanco de "ahorra para un futuro", no existe y es reemplazado por el eterno presente. Si en una visita al río se atrapan muchos pescados, se comparte con el otro. Si uno necesita ayuda, el otro está allí para ayudar.

Estos valores de unión, solidaridad, comunidad son los que han hecho que la cultura sobreviva a través de los siglos.